"...sitting in his nowhere land, making all his nowhere plans for nobody".

26 de agosto de 2011

Palabras robadas VIII: "Cielo nocturno"

"Cielo nocturno"
Soledad Puértolas – 2008

Soledad Puértolas es española y nació en 1947. Casualmente, el mismo año en que lo hizo Paul Auster, protagonista de nuestra última recomendación. Entre ambos, un mundo de diferencia en el que el idioma es sólo una minúscula parte. Lejos de esos mundos oscuros y torturados que nos acerca Paul Auster, Soledad Puértolas ha escrito gran cantidad de novelas y cuentos en los que predominan el tono melancólico y un desenmarañar recuerdos de las vidas que nos han rozado, que nos han tocado apenas.
Con su prosa llevadera, “Cielo nocturno” nos trae la luminosidad de los recuerdos de infancia, la evocación de los comienzos de la vida desde una mirada sensible y atenta. La sucesión infinita de personas y experiencias que nos hacen quienes somos. Estas páginas nos trasladan a la época en que las pequeñas cosas nos deslumbran y se inicia un camino en el que muchas veces nos sentimos solos, diferentes, al margen.
El motor del argumento son los recuerdos de una nena que crece en una ciudad con río. Primero, la infancia. Personajes y situaciones que orbitan en su universo y dejan en ella una huella poderosa: una costurera que hace vestidos de fiesta, un guitarrista prodigioso que vive en una bohardilla oscura sumido en la pobreza, dos tías que llevan una vida de glamour y libertad en Francia. Un mundo pequeño puede ser muy grande. Los pequeños trozos de tiza que usan las costureras se pueden convertir en un tesoro guardado con celo. Un momento de soledad, con unas monedas en el bolsillo que le permiten comprar unas trufas, puede ser la definición exacta de la felicidad.
Después, la juventud. El descubrimiento de su cuerpo, del otro sexo, del amor. Y el contraste entre dos mundos opuestos: el de su infancia en un colegio de monjas, agobiada bajo el peso del silencio obligatorio en las horas de clase, y el ambiente caldeado y revolucionario de la universidad, en donde comienza a elegir por sí misma, a ser dueña de su destino.
¿Por qué no volver al pasado, de vez en cuando? Para identificarnos, para oponernos. Para juzgar con aprobación o con rencor. Para entender y entendernos. Para poder mirar hacia adelante.

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