"...sitting in his nowhere land, making all his nowhere plans for nobody".

20 de octubre de 2012

Cúlpese a la masa: Queísmo, dequeísmo, y un truquito para salir del brete




Este cartel es una buena excusa para hablar del dequeísmo. En principio, diremos que el dequeísmo es la utilización indebida de la preposición de antes de la palabra que. Un ejemplo sería:

*Lucía me dijo de que tenía sueño.

Provoca no pocos estragos en nuestra lengua —es muy habitual— y tiene una contrapartida, que es la que podemos observar en el cartel de la foto: el queísmo. El queísmo es el caso opuesto: si antes “sobraba” la preposición de, ahora se ha omitido (cuando lo que corresponde es utilizarla). La explicación más lógica para el queísmo es, a mi juicio, que el hablante, ante el temor de pronunciar un “de que” fuera de lugar, directamente opta por omitir la preoposición para que no le “sobre” nada. Sin embargo, también se trata de un error.

La buena noticia es que hay un truco bastante efectivo para no caer en ninguno de los dos. En general, tenemos un conocimiento intuitivo de todas estas cuestiones gramaticales. Como en este caso la intuición muchas veces falla, la estrategia es la siguiente: reemplazaremos todo lo que sigue al que, con el que incluido, por la palabra “esto” (también “eso” o “algo” pueden funcionar). Si volvemos a nuestro ejemplo, revisemos las dos opciones que nos quedan:

“Lucía me dijo de esto”
“Lucía me dijo esto”

No necesitamos pensar demasiado para darnos cuenta de que la primera opción, la que incluye de, “suena mal”. Así de simple, nuestra intuición vuelve a respondernos.

Volviendo a nuestra foto, se dice que es el verbo el que “pide” o no ser seguido de la preposición de. En este caso, podemos decir que yo me “aseguro de algo” (a menos que estemos hablando de, por ejemplo, “asegurarnos un lugar en la carrera”, pero se trata de un uso diferente del mismo verbo), por lo que lo correcto hubiera sido “asegúrense de que el portón quede cerrado”.

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