"...sitting in his nowhere land, making all his nowhere plans for nobody".

2 de octubre de 2025

Destiempo

 


El hábito del tiempo

Giselle Aronson

Ed. Azul Francia - 2021

 

Si nos estiráramos hasta alcanzar del estante más alto, con la punta de los dedos, una caja... Si la bajáramos con cuidado, sentados en el piso. Si la pusiéramos frente a nosotros rodeándola con las piernas, si la abriéramos. Si sacáramos del fondo unas cuantas fotos, perdidas entre boletos capicúa, invitaciones a casamientos, envoltorios de bon o bon. Si las miráramos, una por una, como quien recorre una galería de cuadros y se propone desgranarlos con los ojos, encontrar en cada uno algo perdido, una falla hecha de una sustancia oscura, un fragmento de soledad que suena demasiado a algo propio. Si hiciéramos todo eso, se parecería mucho a la experiencia de lectura de estos dieciocho cuentos de lacerante belleza.

El hábito del tiempo (Ed. Azul Francia, 2021) nos pasea por esa belleza y en el paseo nos lastima, pero a un tiempo nos ilumina. Se abre paso y despliega los instantes de zozobra (o lucidez) de un puñado de seres, pero sobre todo, de un puñado de mujeres.

Nos llegan entonces los distintos derroteros del pulso y del silencio. Un pasado histórico que nos dolerá siempre. Ver que lo que se construye tarde o temprano se extingue, se aleja río abajo. Seres que atraviesan y resisten, mujeres que buscan, que poseen y alcanzan, o quedan atrapadas en un nudo. La que se mira en el espejo y se ve presa de una máscara que marca las horas. La que no se reconoce. La que se sabe en la recta final y se aferra al pasamanos. La que posterga la escritura como quien aplaza una vida auténtica, llena de colores vibrantes. La que ve nacer la noche desde el banco de una plaza en una pausa prohibida que, se pregunta, le importará cuánto y a quién. El lugar que ocupamos en la crianza de los hijos, en el cuidado de los padres, en la odisea de los vínculos: todo lo que perdemos, todo lo que nadie ve —la mayor parte de las veces, ni siquiera nosotras mismas—.

En estas pinceladas confluyen todas las Aronson: la activista, mujer, hija, madre, escritora, la terapeuta que acompaña el lenguaje con más lenguaje, y ese es su mayor regalo.

El andamiaje oculto es, por supuesto, el tiempo. Allá en el fondo está la muerte, decía Cortázar en sus Instrucciones para dar cuerda a un reloj. Y vaya si estaba en lo cierto. Porque ese tiempo que se agarra de las muñecas, que sostiene, contiene, empuja, amordaza, persigue… ese tiempo se hace latido y quietud. Hábito y condena.

Pero también, hay que decirlo, se hace puente y se hace camino.

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