"...sitting in his nowhere land, making all his nowhere plans for nobody".

4 de octubre de 2025

Tulipanes


El viento acunó con violencia al avión que trataba de aterrizar. Realmente creí, tal vez por primera vez en mi vida, que ese abrupto final —impacto, explosión, fuego— era una posibilidad firme. Y me sorprende gratamente saber que si resultaba así, me iba a ir cagándome de risa. Porque es literal: no paramos de charlar y hacer chistes, aunque estábamos asustadas. Le dije a Clau: si termina acá, esto de la vida estuvo bueno.

Pero el avión aterrizó, y no vino mal la puesta en perspectiva. Una mujer nos dijo después que ella estuvo tranquila porque nos escuchaba reír. Qué cosa tan hermosa es esta vida que tenemos, y qué bueno es saber vivirla.

Llegar y encontrarnos con gente querida que forma parte de nuestra historia, nuestro paso por la facultad. Compartir con honestidad la capacitación que armamos y sentir que llega, aprender en el camino, construir algo genuino. Tomar contacto con realidades tan diferentes a la nuestra.

Los tulipanes abrieron antes de tiempo y ayer fuimos a verlos. La gente inventa, crea, sueña, construye un edén insólito donde antes había otra cosa. Anoche nevó en las montañas y hoy el horizonte nos regaló esa postal.

Amo tanto esos paraísos perdidos que son mi infancia porque están ligados a lugares, entonces puedo recuperarlos. Hoy tomamos el té galés y hace un ratito fui a buscar la trucha con hongos de pino que habíamos encargado en un lugar que busqué desde que llegué, y donde hace casi veinte años comí el mismo plato. Me abrigué y caminé por la calle ancha en semioscuridad. Respiré el aire frío de este sur hermoso que me abre los brazos una y otra vez, y no pude evitar emocionarme. Soy afortunada. Todo es perfecto y todo es cosecha. Podrá sonar a lugar común, pero nadie me convencerá de otra cosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario