"...sitting in his nowhere land, making all his nowhere plans for nobody".

6 de enero de 2013

Cerrado por vacaciones: una forma elegante de tomarse el palo



Cric cric. Sssssss. Fffff. Sí, más o menos así suenan el aullido parejo del viento, un grillo medio pelado y aburrido que canta entre un bostezo y otro, más alguna que otra mata que pasa rodando como en las películas del viejo oeste. Eso es todo lo que se puede encontrar, con suerte, en la última entrada del blog de una persona que está de vacaciones —y que tampoco durante el año, ni siquiera en sus etapas más hiperkinéticas, se calienta demasiado por mantener los anaqueles llenos de mercadería fresca—. Así son los artistas, ¿vió? Al menos los vagos. O sea: me declaro oficialmente de vacaciones.

Si alguno, por obra y gracia de ese guarango que se hace llamar destino, cayó por estas tierras, le aconsejo: no piense mal de mí. Hágame el favor de hacer clic acá al costadito nomás —sí, sí, ahí, a la derecha— en esa lista de entradas más populares (o menos impopulares) que el resto. O ponga su mano en la linda nubecita de títulos que hay más arriba, en donde encontrará algunas reseñas de libros recomendados, unas cuantas crónicas, dos (2) cuentos que no son lo mejorcito que tengo pero ahí están, y unos cuantos textos más. Es que acabo de leer que tengo la friolera de cuarenta y ocho (sí, ¡cuarenta y ocho!) entradas en este blog, y bajo esa luz me pareció de lo más respetable sentarme a descansar sobre ellas, que para algo está todo eso de la perdurabilidad de la palabra escrita, el trascender, y qué se yo qué más que dicen sobre el lenguaje y la escritura.

Agrego entonces una última onomatopeya, y no se diga más hasta marzo. 

Zzzzzzz.

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