"...sitting in his nowhere land, making all his nowhere plans for nobody".

24 de mayo de 2019


Los madrugones de las 6.30 tienen un color distinto en invierno. Es un color de noche pero con sonidos diurnos, una porción de tiempo que tiene algo de refugio y algo de desconcierto.
Lo despierto. Le preparo el desayuno. Manuel se viste y reúne sus cosas. Yo apenas me calzo unas botas y me pongo la campera sobre el pijama. Bajamos.
Hay una complicidad adormecida pero poderosa en esos ciento cincuenta metros que caminamos hasta la parada. Ponemos las manos en los bolsillos y apretamos el paso mirando por encima del hombro si viene el colectivo. Conversamos un poco. Siempre mencionamos el frío que hace.
El 39 es una luz naranja que una de cada tres veces nos hace correr. Tenemos más o menos calculado el punto a partir del que vale la pena intentarlo: sabemos que si lo vemos venir a lo lejos justo antes de doblar nosotros la esquina, corriendo a buen ritmo, con el sabor de sangre en la garganta, llegamos. O llega él: unos cincuenta metros antes, yo desisto. Llega él, junto con algún otro pasajero que nos vio correr y también se apura. Lo veo acercarse al colectivo desde lejos y me parece tan chiquito con su mochila y su campera negra... Me detengo. Él arma un saludo apurado, sin llegar a mirarme del todo, sube y el colectivo se va. 
Yo quedo sola en la vereda. De pronto mi apuro y hasta mi presencia son objetos sin sentido, absurdos, como cajas que sirvieron para guardar algo importante y ahora están vacías, un poco rotas. Aprieto las muelas por el frío, vuelvo a buen paso porque me queda una hora antes de despertar y llevar al colegio a los más chicos. Suelo llegar y meterme en la cama. Algunas veces los pensamientos del día, más despiertos que yo, empiezan su rasgueo lento y ya no logro dormirme. Otras, logro dormir una hora más y la carrera en el frío para alcanzar el 39 queda convertida en una pausa onírica, como si no hubiese sido más que un sueño algo distinto a los demás. Como siento que alguna vez serán estos días en mi memoria.


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