"...sitting in his nowhere land, making all his nowhere plans for nobody".

12 de julio de 2011

Palabras robadas V - "El fin de semana"


“El fin de semana”
Bernhard Schlink
Editorial Anagrama


Bernhard Schlink nació en 1944 en Alemania y es juez además de escritor. Escribió una saga de novelas policiales y saltó a la fama mundial con la multipremiada novela “El lector”, que fue traducida a varios idiomas y llevada al cine en 2008 por el director Stephen Daldry, con Ralpf Fiennes y Kate Winslet en los papeles protagónicos.  

Hoy nos ocuparemos de la última novela de Bernhard Schlink, titulada “El fin de semana”.

Muchas cosas pueden ocurrir durante un fin de semana. Pero además, éste no es un fin de semana como cualquier otro. Se dan circunstancias por demás peculiares: un grupo de amigos se reúne durante tres días en una casa de campo para dar la bienvenida, luego de más de veinte años de cárcel, a Jörg, un terrorista exintegrante de la Fracción del ejército rojo. La Fracción del ejército rojo, también conocida como Baader Meinhoff en honor a dos de sus más famosos integrantes, era una guerrilla urbana que nació a fines de los años ’60 en Alemania y fue figura central de los sangrientos incidentes que en 1977 recibieron el nombre de “Otoño alemán”. Fue además responsable de numerosos atentados, secuestros a empresarios y políticos y robos a bancos en nombre de la lucha antiimperialista y anticapitalista.

Estos amigos que ya pasan los cincuenta tienen un pasado en común: el de las ideas revolucionarias. Pero mientras el grupo de amigos se ha volcado a vidas más o menos convencionales, Jörg se ha inclinado por la lucha armada y carga en sus espaldas con cuatro asesinatos.

Hay dos ejes fundamentales que atraviesan la obra. Por un lado, cierto revisionismo histórico al que adhiere Schlink, apelando a la memoria colectiva alemana -en este caso como en sus dos anteriores novelas- y planteando una serie de interrogantes sobre la violencia, el terrorismo, el sistema político, etc.

Por otro lado, Schlink plantea un escenario pleno de personajes bien definidos que a pesar de tener un pasado en común han tomado diferentes rumbos. Se han convertido uno en periodista, otra en profesora y escritora, otro en empresario exitoso, otro en abogado, otra en pastora protestante. Pero de alguna manera, a pesar de este bienestar aparente, estos personajes están luchando por definirse moralmente, por encontrar el trasfondo de todas sus acciones, y al confrontarse con Jörg, que tomó caminos diametralmente opuestos, se ven peligrosamente reflejados.

En un único escenario –la casa de campo- y a lo largo de tres días, con una estructura muy teatral y con mucho diálogo, el conflicto estalla desde las primeras páginas: se produce un choque inevitable entre estos personajes que se debaten entre la condena al amigo y una admiración encubierta, las frustraciones de sus propias vidas, el paso del tiempo y el descubrimiento de que nada ha resultado como lo soñaban. Aunque ninguna de sus vidas cambie radicalmente, probablemente no serán los mismos al salir de esa casa.

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